Si hay algo con lo que el cáncer no puede, es con la ilusión de un niño

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Si hay algo con lo que el cáncer no puede, es con la ilusión de un niño

El tiempo pasa…. y en las empresas la mayoría de las veces lo hace de manera apremiante. A veces no sabemos muy bien si pasa con sentido o no, pero hay momentos en los que estamos totalmente seguros de que lo tiene.

El viernes 24 de noviembre en la oficina de Calconut, y gracias a la Fundación Juan Peregrín, vivimos uno de esos momentos en los que todo encaja y cobra sentido.

En días anteriores, decidir quién sería el niño de ARGAR Almería (Asociación de Padres de Niños y Adolescentes con Cáncer de Almería y Provincia) que iba a hacer su sueño realidad con el proyecto de la Fundación Juan Peregrín había sido una tarea emocionalmente difícil. Todos los niños deberían tener la oportunidad de hacer realidad sus sueños, y es duro asimilar que algunos conozcan la sombra del cáncer cercenando sus posibilidades.

Tuvimos sensaciones enfrentadas: conscientes de que no podíamos hacer que todos tengan lo que desean, sentimos el orgullo de que nuestro trabajo como empresa iba a cambiar el mundo de uno de ellos.

Adriel, de 6 años, resultó ser el ganador. El azar quiso que el afortunado resida en Pulpí, a pocos km de las oficinas de Calconut, por lo que pudo venir a conocer a todo el equipo y darnos la oportunidad de compartir el momento con él.

Le esperábamos sobre las 12, y se hizo esperar…estábamos todos muy nerviosos, parecía que fuéramos nosotros los que íbamos a recibir un premio… y así fue.

Nuestro CEO, Juan Luis Peregrín (Presidente de la Fundación Juan Peregrín) bajó a darle la bienvenida. Entró en la oficina de sus manos y acompañado de sus papás. Habían tardado un poco porque por su enfermedad y pese a vivir a escasos 10 km del mar, Adriel llevaba mucho tiempo sin poder ver la playa…

El resto de la plantilla le aguardamos en la Sala de Juntas, donde había proyectado un video con el próximo destino de Adriel: el mundo mágico de Disneyland! Adriel entró, y quedó impactado de ser el protagonista de tanta alegría…

Ver la emoción en su cara, las lágrimas de alegría de su familia, y sentirnos parte de este momento mágico en el que la enfermedad desaparece y la ilusión lo alumbra todo, es sin duda uno de los mayores premios que como equipo podemos recibir.

Entre otras cosas, hay una que hemos aprendido con el comienzo de este proyecto: si hay algo con lo que el cáncer no puede, es con la ilusión de un niño. Tampoco va a poder con la ilusión del equipo Calconut para seguir avanzando con la Fundación Juan Peregrín en hacer su mundo mejor.

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