Repartimos alimentos en medio de la crisis de la COVID-19

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Repartimos alimentos en medio de la crisis de la COVID-19

No lo decimos nosotros, sino nuestro amigo Jesús díaz: «las buenas acciones valen oro». Por eso decidimos repartir alimentos, además de algunos regalos, a quienes más lo necesitan en medio de la crisis de la COVID-19

Recordando a nuestros maravillosos invitados de la comida solidaria de Navidad, supimos que en estos momentos tan duros debíamos acompañarles.

En España, miles de familias viven bajo el umbral de la pobreza. La mayoría forman parte de algún tipo de sistema de ayudas, tales como comedores sociales, albergues o entidades benéficas. Durante esta crisis sanitaria, los más vulnerablesse vuelven aún más si tenemos en cuenta factores como el desempleo, la nacionalidad o la edad.

No queríamos que, especialmente los más mayores, se pusieran en peligro para hacer algo tan básico como ir a la compra.

Por eso, nuestros compañeros voluntarios de la Fundación Juan Peregrín recorrieron la ciudad de Alicante para hacer un poco más felices a varias de las familias que asistieron a nuestra comida solidaria el pasado diciembre. Les hicieron llegar varias cestas de comida, regalos (y algún que otro pasatiempo para hacer más llevadera la cuarentena).

A Jesús Díaz, nuestro gran amigo, le llevamos una gran cesta de comida. Pero no solo eso: conocemos su pasión por el café, por lo que decidimos regalarle una cafetera y un cargamento de cápsulas para que pudiera disfrutarlas durante el confinamiento.

A Rafael Pinos y a su familia, que con tanta ilusión nos abrieron las puertas de su casa como si fuéramos uno más, llevamos comida, un dominó y materiales de pintura. Y es que Rafael no solo tiene una gran afición a la pintura, sino que fue profesor y catedrático en Venezuela y más países de Latinoamérica. Durante muchos años trasladó sus conocimientos y su pasión por el arte a todos sus alumnos. Además allí también conoció a Liduvina (O «Li», como le gusta llamarla), de quien se enamoró hace ya 58 años y con quien formó la familia que tuvimos el gusto de conocer.

A Deyanira y sus dos hijas, Valeria y Victoria, también quisimos visitarlas y entregarles alimentos. Especialmente para «Vicky», la más pequeña, a quien llevamos juguetes que no tardó en abrir. Valeria, su hermana, es una joven de 16 años a quien la brecha digital ha afectado. Dada la crisis de la COVID-19, muchos estudiantes no tienen acceso a herramientas consideradas «básicas» en la educación actual. Por eso, desde nuestra Fundación nos estamos encargando de que Valeria tenga un ordenador con el que poder llevar a cabo sus estudios de Informática sin problemas.

Y como una imagen vale más que mil palabras, os dejamos el vídeo recopilatorio con las imágenes más bonitas de cada entrega

 

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